Qué sería de SharkMed sin voluntarios… Apasionados del mar que dedican parte de su tiempo libre a ayudarnos desde cualquier ámbito.
En este caso, queríamos compartir la reciente experiencia de Dani Cervantes trabajando con escualos en el Océano Pacífico. Biólogo y voluntario de SharkMed, ha tenido la oportunidad de colaborar durante casi tres meses, mano a mano, con nuestro director científico, Eric Clua, en el centro de investigación CRIOBE de Moorea, en la Polinesia Francesa.
El proyecto se centra en evaluar el impacto que tiene el descarte de los desechos de atún de la pesca industrial, concretamente en la ciudad de Papeete, en los siguientes tiburones:
Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier).
Tiburón oceánico de puntas blancas (Carcharhinus longimanus).
Tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis).
Dani ha podido aprender y utilizar las siguientes técnicas de estudio científico de escualos:
Foto identificación: se basa en reconocer individuos mediante fotografías, concretamente de las aletas dorsal y caudal del escualo, además de manchas en su cabeza.
Inmovilidad tónica: consiste en voltear al escualo boca arriba para que quede en un estado de parálisis parecido al de la anestesia. De esta forma es mucho más eficaz utilizar las prácticas que comentaremos a continuación.
Medición de talla: radica en medir la longitud total, desde el extremo anterior del individuo hasta el extremo posterior de la aleta caudal.
Muestras ADN: Con el fin de obtener una base de datos de la población, se extraen muestras de aproximadamente 1cm de la aleta dorsal.
Marcaje acústico: colocación de emisores acústicos en el interior del escualo y receptores fijos en puntos estratégicos de la zona. El objetivo es obtener información sobre el movimiento y la distribución de los tiburones marcados.
Retirada de anzuelo.
Además, Dani también participó en otros proyectos de estudio de tiburones con otros grupos como PHYSIOSHARK.
En este proyecto el objetivo es conocer diferentes aspectos de los tiburones neonatos, como por ejemplo su alimentación. Éstos son tiburones de 2 meses de vida aproximadamente. Para ello, se obtienen muestras fecales y de sangre para su posterior estudio. También realizan técnicas de marcaje y foto identificación.
No nos cabe duda que Dani ha aprovechado y disfrutado al máximo esta experiencia. ¡Esperemos que su vuelta atraiga más tiburones y pueda poner en práctica todo lo aprendido!
Texto: Heidi Valero
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